Situada en Villaviciosa, Asturias, esta vivienda de fin de semana se adapta al entorno del lugar sacando el máximo partido a las vistas que ofrece el paisaje asturiano y al condicionante que presenta estar en un terreno inundable dada su proximidad con la Ría de Villaviciosa.
Se trata de una parcela relativamente llana de aproximadamente 3000m2 con una ligera pendiente a medida que se aproxima a la ribera de la ría.
Los propietarios, una pareja madrileña de mediana edad, buscaban una vivienda en la que poder abstraerse del ajetreo de la ciudad de Madrid y disfrutar del descanso en Asturias. Algunas de las peticiones expresas por la pareja era poder disfrutar de varios tipos de espacios para la lectura y poder conseguir que desde cualquier rincón de la casa se tuviese contacto con el paisaje natural que la rodea.
El objetivo por parte de MATÉREA es abordar el proyecto de forma que pueda transmitir todas las sensaciones que el cliente busca para su vivienda. El primer paso fue estudiar el terreno y la documentación existente respecto a los niveles de inundación de los últimos 50 años en la zona. Una vez respetadas las zonas de policía y linderos, se restringe a un área muy concreta la ubicación de la casa, a criterio de la orientación y de las vistas.
Se propone una vivienda que funcione en un mismo nivel de planta baja, ligeramente elevado para separarse del terreno y no verse afectado por repentinas crecidas de la Ría de Villaviciosa. De esta forma se construye un palafito que se asoma sobre el entorno natural que le rodea.
Uno de los puntos demandados por el cliente es permitir la continuidad visual de todo el paisaje, por ello se estructura toda la vivienda en torno a un patio que proporcionará a la vivienda una pequeña porción del exterior, pero hacia el interior de la misma, un jardín privado volcado hacía los huéspedes.
Todos los espacios vivideros se establecen en el mismo nivel, de forma que las circulaciones de la casa sean ágiles y cómodas. Sólo se establece una diferenciación de nivel en el salón principal, matizando así su carácter más público y de cercanía con el terreno, destacando su contundente y monolítica chimenea y sus amplias cristaleras que dan salida a la terraza. En el espacio exterior de la vivienda se propone un corredor perimetral, creando así una serie de recorridos protegidos que tamizan y protegen las zonas más sensibles de la casa, por su orientación y vientos predominantes, siendo además un guiño a los hórreos, una de las construcciones que forma parte de la arquitectura tradicional de Asturias.
La materialidad de la casa es uno de los puntos más importantes del proyecto ya que potencia las sensaciones de cada uno de los espacios. Se optó por madera local para la estructura de la casa y un material pétreo de gran formato para el suelo, para reforzar aún más la sensación de amplitud en cada uno de los espacios.