El nombre Manitú, proviene de las tribus nativo americanas algonquinas, al norte de Canadá, que denominaban así al Gran Espíritu, el cual creían que se encontraba dentro de todo animal, planta y objeto. Otra de las creencias era que un poderoso Manitú creó a los humanos con madera. Todo ello, junto a los valores de familiaridad, calidez, artesanía y juego, son las claves de la conceptualización para la marca, creada por el estudio creativo y especialistas en diseño gráfico Alacuerno. De la mano del estudio de arquitectura Matérea se llevó a cabo el diseño integral y adecuación para la reforma del local comercial como juguetería en el centro de Gijón, Asturias.
Uno de los principales valores de esta marca es la calidad del producto, cobrando especial relevancia la elaboración artesanal de sus juguetes, siendo la madera el material protagonista. El proyecto propone reflejar todos estos valores de la marca y al mismo tiempo, contar la historia de Manitú siendo el hilo conductor del espacio.
Se propone la generación de una serie de pórticos de madera contrachapada, esculpidos con los recursos gráficos de la marca, fabricados mediante un sistema mecanizado de corte numérico y colocados en capas secuenciadas, generando así una topografía vertical que dibuja, sección a sección, la historia de la marca. Estos pórticos, se convierten a su vez en soportes expositivos de los juguetes, generando un mobiliario continuo que recorre todo el espacio. Este recurso se utiliza también en fachada, de forma que todo el local se convierta en un bosque porticado que invite a entrar y conocerlo.
En su interior se crea un pasaje de leyenda, donde el pequeño visitante recorrerá, a través de un camino encantado el mundo de Manitú, un mundo que sea reconocible por niños y adultos y con un carácter interactivo que potenciará su creatividad e imaginación, viviendo una experiencia única.
Todos los materiales empleados en el proyecto han sido cuidadosamente seleccionados para transmitir los valores de la marca, la artesanía, la calidez y su origen natural, por ello se ha recurrido a la madera, el corcho o las fibras naturales de la moqueta.